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“La ropa que llega a Chile y a Iquique, no llega con los mismos impuestos, llega como ropa de segunda mano y eso ayuda a que llegue mucha ropa. El otro problema es que nosotros no tenemos normativas que regulen la cantidad de indumentaria y de vestuario que llega a nuestro país. Es necesario que  regulemos, a nivel de políticas públicas, la cantidad de ropa que llega y que nosotros somos capaces de consumir. No es malo que llegue ropa, lo malo es que la cantidad que llega no es capaz de venderse”, sostiene Pino.

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